Marruecos es el país de los paisajes exóticos, de los perfumes, de las especias, de los zocos. Contrastes paisajísticos jalonados por dunas, palmerales, gargantas de roca, oasis, playas desiertas y enormes montañas de más de cuatro mil metros de altitud. Ciudades imperiales, kasbahs, poblados beréberes, un abanico cultural desde el Atlas hasta el Sahara, bañado por las aguas mediterráneas y atlánticas.
Marruecos permite romper con la rutina envuelto en un ambiente árabe excepcional, a tan sólo 15 kilómetros del continente europeo. Es sin duda la puerta de África y la atracción del Sahara.
Ciudades tan carismáticas como Casablanca, Fez o Marrakech aguardan con su historia milenaria. Pero una zona del país es sin duda donde se concentra la mayor cantidad de atractivos turísticos y ese lugar no es otro que Marrakech y el mágico sur marroquí. Entre las montañas de más de cuatro mil metros del Atlas y los millones de dunas de la arena naranja del Sahara. Un destino digno de quien busca la belleza.